Mi experiencia con algunos bancos (BBVA, Santander, Nu y BanBajío)

Originalmente esta entrada iba a estar dividida en varias, una para cada banco, e incluso ya las tenía escritas en borrador, pero me di cuenta que convenía dejarlas en un solo tema para tener más libertad en contar anécdotas interbancarias.

Introducción

Mi primera tarjeta bancaria fue la de nómina Santander, o eso es lo que creo porque me la proporcionaron en un trabajo que tuve por allá en el 2015. Era un empleo temporal. Por inconvenientes que tenían, en ocasiones nos pagaban en efectivo y en unos meses se terminó el contrato, así que esa tarjeta la dejé de usar. Por fortuna no me cobraron por falta de uso o algo por el estilo. De ahí hasta mediados del 2018 en cierta forma no era cliente de algún banco, pues todo lo terminaba manejando en efectivo. Aunque tuve épocas en las que ni ingresos tenía por falta de trabajo o porque decidí entrar a otra carrera universitaria después de 4 años de haber terminado un nivel técnico, así que parcialmente seguía dependiendo de mi mamá. En fin, esa es otra historia.

No fue sino hasta que me dieron trabajo a tiempo parcial como programador a mediados del 2018, y por lo tanto necesitaba una cuenta de ahorro para que me depositaran el sueldo. En el banco me comentaron que tenía esa opción o la cuenta de nómina, pero en la segunda corría el riesgo de que me cobraran comisiones y mejor opté por la de ahorro. Y desde ahí les comenzaré a contar la experiencia que he tenido en cada banco y qué opino de cada uno de ellos.

BBVA, EL INICIO DE LA SIMPLIFICACIÓN DE MI VIDA FINANCIERA

A la fecha muchos le seguimos diciendo Bancomer. A mí ya se me está quitando la costumbre, pero de vez en cuando se me escapa. Incluso se hicieron memes al respecto.


Me tocó empezar con este banco en la época en la que todavía era viable decirle Bancomer. Al darme esa tarjeta no esperaba las facilidades que me daría. Obviamente por uno que otro inconveniente tardaron en depositarme mis primeros pagos del trabajo, así que el verdadero uso llegó después.

Con el paso del tiempo, esta tarjeta me ha ayudado en inumerables ocasiones. Por mencionar algunas:
  • Evitar largas filas para pagar el recibo del agua, la luz, el Internet.
  • Realizar recargas telefónicas desde la aplicación.
  • Realizar compras en establecimientos pagando con la tarjeta, evitando batallar con el cambio o cargar con efectivo.
  • Comprar un escritorio personal que tanto me hacía falta.
Esos beneficios fueron los más predominantes en los dos primeros años. Al menos para mí, la aplicación de BBVA ha mejorado bastante desde la primera vez que la usé y han agregado más funcionalidades que me han sido útiles. Aunque sí extraño cuando no tenía datos para navegar y podía ingresar a la aplicación sin problemas. Esto sí me ha dado problemas cuando estoy fuera de casa y debo retirar dinero, pero tengo el dinero en apartados. Ahí termino adelantando saldo que me da muchos problemas.

Esa fue mi única tarjeta en uso hasta que me cambié a un trabajo con un ingreso más estable en septiembre u octubre del 2020. Para mi mala suerte, la nómina era con BanBajío.

BANBAJÍO, ESTRÉS INNECESARIO

Creo que seré muy breve en esta sección, pero una vez nos depositaron doble aguinaldo accidentalmente (no, no fue mi liquidación) y teníamos que hacer una transferencia desde nuestra cuenta BanBajío. Pero oh, sorpresa, no teníamos la opción de transferir a otras cuentas del mismo banco, tuvimos que ir a perder tiempo yendo a sucursal para poder transferir el dinero porque, hasta donde recuerdo, la opción de regresarlo desde mi cuenta de BBVA no era adecuada.

En fin, meses después renuncié a ese trabajo por uno mejor, y esperé no volver a necesitar de ese banco. Sólo sí tuve que necesitarla una o dos veces porque en mi nuevo empleo todavía no tenía la tarjeta de nómina con Santander, y preferían transferirme a BanBajío que a BBVA; honestamente no recuerdo el motivo.

Este año (2023) me dio paranoia porque temía que me cobraran por falta de uso en la cuenta, ya que jamás fui a cancelarla, y al final tuve una buena y una mala noticia.
  • La mala: Me habían pagado las utilidades de mi anterior trabajo y el dinero pasó creo a una cuenta común o algo por el estilo para que después pasara a beneficiencia. Es mi dinero y debo recuperarlo, pero para mi mala suerte, de momento no gozo de buena salud y no quiero agregar más estrés a mi vida.
    • Me di cuenta de las utilidades porque revisé mis facturas de nómina en el portal del SAT y figuraba ese pago que no sabía que me habían hecho. Y como no podía acceder a la aplicación, tuve que ir a sucursal a despejar todas mis dudas.
  • La buena: No me cobraron ninguna comisión y creo que mi cuenta o tarjeta ya quedó cancelada. Me quedé con eso y por fin cerré ese capítulo de mi vida.
Al final no fui tan breve, mientras escribía estuve recordando esas experiencias no tan agradables que me estresaron por otros factores que no tiene caso mencionarlos en esta entrada.

SANTANDER, EL REGRESO

En mi nuevo trabajo, que es donde estoy actualmente, la nómina era con Santander. No me agradaba mucho la idea de regresar a ese banco, pero tampoco me preocupaba mucho. Los primeros días o semanas sí fueron todo un dilema en lo que esperaba en la larga fila para que me entregaran mi tarjeta, poder tener la aplicación lo más funcional posible, etcétera. En fin, superando todo eso, los baches han sido más esporádicos.

En un principio, absolutamente toda mi nómina la transfería a BBVA y desde ahí hacía todo el pago de servicios, guardaba o retiraba el dinero. Incluso estuve un tiempo con portabilidad de nómina, pero honestamente a mí me dio igual porque no obtuve algún beneficio real.

Tiempo después y por un breve periodo aproveché la opción de Dinero creciente para que me dieran rendimientos, pero después desistí de esa idea porque encontré mejores opciones.

BBVA, EXPERIENCIA CON LA TARJETA DE CRÉDITO AZUL

Al poco tiempo que cambié de trabajo, fui a solicitar una tarjeta de crédito porque ahora disponía de un mejor salario que me pudiera permitir adquirir a pagos una mejor laptop para uso personal. Fui a una sucursal BBVA y de inmediato me la dieron. Y más tarde me fui a buscar una laptop, y en un Office Depot elegí una que se ajustara al presupuesto que tenía y la saqué a meses sin intereses. Pude haberme esperado y elegir una mejor, pero no soy muy amigo de la paciencia. Lo bueno es que a la fecha me sigue funcionando muy bien el equipo.

Lo malo de esta tarjeta era pagar la anualidad, ni siquiera me ofrecieron descontármela por tener portabilidad de nómina con ellos. Aunque sí agradezco bastante que fueran los primeros en darme una tarjeta de crédito, y el beneficio de obtener mi laptop soñada después de muchos años valió totalmente la pena.

Al liquidar la deuda compré unas cuantas cosas más a meses sin intereses, y al igual que la laptop, siempre adelantaba pagos y terminaba de liquidar a tiempo. Ahora se viene una pequeña anécdota en cómo me ayudó esta tarjeta a superar la pérdida de unos objetos muy preciados para mí.

En junio del 2022 me enfermé de posible neumonía (posible tema para otra entrada), y entonces una semana después de haber estado muy enfermo me tuvieron que hospitalizar porque tenía la saturación de oxígeno por debajo de lo normal. De hecho todavía tengo a ratos la saturación baja, pero insisto, es un posible tema para otra entrada. 😂

El punto es que mi ropa se quedó en urgencias en una clínica del IMSS y como tardé en avisarle a mi hermana que si podían pasar por mis cosas, terminaron completamente lejos de mi vida para siempre. Por fortuna me permitieron quedarme con mi cartera y mi celular, pero perdí mi chamarra favorita, mis tenis favoritos, mi pantalón favorito, mi único cinturón, y mi playera favorita. Pésimo momento para elegir usar mi ropa favorita.

Tiempo después de que me dieran el alta y ya pudiera salir con más libertad, pude comprar a meses sin intereses un par de tenis porque sólo tenía ese par que realmente usaba, y una chamarra térmica. Si no fuera por esa tarjeta, hubiera tardado mucho más en comprar todo eso, sobre todo porque procuré que fueran cosas de la mejor calidad posible, y por lo tanto no eran muy baratas. No es que quiera leerme mamón, pero antes era de comprar todo barato y las cosas me duraban muy poco tiempo, así que por eso prefiero ser un poco más cuidadoso con lo que compro. También compré un cinturón, pero ese sí fue de contado en otra tienda.

Ya una vez que liquidé toda mi deuda con esa tarjeta de crédito, procedí a cancelarla porque no quería deudas innecesarias, pero tiempo después Santander dijo: no, mi ciela, te endeudas porque te endeudas.

BBVA, APARTADOS

Siendo sincero, no recuerdo desde cuándo empecé a aprovechar esta funcionalidad, pero me ha ayudado a separar mi dinero para diferentes fines, en los que se destacan:
  • Pagos.
    • Pago de servicios que correspondan a la semana en curso.
    • A la fecha lo sigo conservando porque algunos pagos no se pueden domiciliar o no me da confianza domiciliarlos.
  • Retiro de efectivo.
    • Ha pasado por varios nombres, y su finalidad era meramente para gastos generales de la semana, que incluía retirar dinero y comprar en línea.
    • Pero era muy revoltoso y decidí que sería completamente para retiro en efectivo.
  • Dinos
    • Por ahora este tema está muy calmado, pero sí llegué a tener un apartado para guardar dinero y comprar figuras de dinosaurios.
He tenido más apartados, pero han sido más dinámicos o eran para guardar dinero de familiares. A la fecha sigo usando esta herramienta. Y adicionalmente, BBVA sigue siendo el único banco donde transfiero a otras cuentas y hago recargas telefónicas.

SANTANDER, MI EXPERIENCIA CON LA LIKEU

Ni siquiera la solicité, ni siquiera tenía en mente solicitarla. Todo fue en un momento de pendejez cuando vi una de esas publicaciones "fake" donde todo parecía de Santander para poder obtener una bonificación extra. Casi siempre le huyo a promociones de cualquier índole porque no sé en qué tantos problemas me pueden meter, pero ese momento de debilidad desencadenó muchas cosas. La buena noticia es que con los datos que tomaron no pudieron hacerme nada porque mi cuenta en Santander estaba en ceros.

Tengo la costumbre de jamás dejar dinero disponible en mi cuenta y siempre dejarlo guardado en las diferentes opciones que cada banco ofrece. Eso sí, tuve que marcar a SuperLínea para pedir apoyo en evitar que usen mis datos de forma malintencionada; desde ahí me pudieron bloquear varias cosas y me apoyaron para cambiar contraseñas, pero tuve que ir a sucursal para solicitar el cambio de plástico.

Cuando llego con la ejecutiva recibo la desagradable sorpresa de que tenía una solicitud de tarjeta de crédito. Sí, desagradable porque no me gusta que tomen decisiones por uno. Según era porque yo la había solicitado, pero hasta ahora me pregunto qué fue lo que pasó. Tengo tres teorías:
  1. La página "fake" hizo la solicitud.
  2. La ejecutiva con la que tuve la llamada en SuperLínea metió la solicitud sin mi consentimiento.
  3. O la ejecutiva de la sucursal metió la solicitud y fingió que ya estaba.
Quién sabe cómo funcionen los procesos internos del banco, pero siendo honesto, considero más probables las dos últimas opciones. Pero bueno, continúo. Lo que me comentó la ejecutiva es que si quería cancelarla, tenía que esperar a que llegara el plástico a sucursal para realizar la cancelación. Cuando por fin llegó el día, la ejecutiva me empieza a apoyar, pero había olvidado el teléfono celular con el que estaba asociada mi cuenta, y no hubo forma de poder cancelarla en ese momento. Ahí fue cuando la ejecutiva me comentó del beneficio del cashback al comprar en varios establecimientos, y ahí caí en cuenta que podría pagar muchas cosas con esa tarjeta y liquidar al momento. Y así fue como al final decidí conservarla.

Las primeras semanas o meses nada extraordinario, recibía cashback, pero no mucho porque no frecuento comprar mucho en establecimientos físicos, y no en todos donde compraba aplicaba el beneficio. Pero de igual forma seguía usando esa tarjeta, y aquí tengo otra anécdota médica y bancaria.

Desde hace tiempo he tenido problemas respiratorios, y en enero del 2023 me operaron por pólipos nasales, pero a los pocos días me hospitalizaron por problemas de saturación por segunda vez, y me comentaron que me dio tromboembolia pulmonar. Nuevamente estuve con oxígeno medicinal, catorce días internado y unos días adicionales de incapacidad. Por fortuna mi trabajo es home office y a pesar de tener oxígeno medicinal desde mi casa he podido trabajar. Los primeros días después de regresar al trabajo no sentía la necesidad de usar el oxígeno durante el día, pero ocurrió que mi saturación empezó a bajar y duré como una o dos semanas trabajando desde mi cama. Muy incómodo, por cierto, así que necesitaba que mi lugar de trabajo, que es la sala, también fuera mi lugar para dormir. Por desgracia mover mi cama no era opción porque se iba a ver pésima en la sala, así que empecé a buscar un sofá-cama que me pudieran entregar lo más pronto posible y me permitieran pagar a meses con o sin intereses. Añado que también tenía dolores de espalda por lo mismo.

Había muchas opciones no tan caras, pero eran sobre pedido, no tenían entrega inmediata o no aceptaban pagos ni siquiera a meses con intereses. Y sólo en un lugar pude conseguirlo. El costo final fue de 28 000 MXN diferidos a 12 meses sin intereses. Era un costo elevado para el presupuesto que tenía en mente, pero la amabilidad que me dieron, la calidad del mueble, la inmediatez de la entrega (2 días) y pagarlo a plazos hizo que valiera completamente la pena. Así que gracias a esa página fraudulenta pude tener un mueble más en casa y coordinarme bien para trabajar y dormir sin tener que estar moviendo el tanque de oxígeno o pasármela en cama.

Aunque tiempo después me proporcionaron también un concentrador de oxígeno que se conecta a la electricidad, pero de todos modos ya hacía falta un mueble de este tipo en casa porque antes mi sobrina y mis dos hermanas se habían estado quedando en mi casa por varios motivos, y había sido toda una odisea organizarnos para dormir. En ocasiones me tocó dormir en un sillón reclinable y no dormía bien o despertaba con malestar. Aunque a la fecha ya sólo somos dos personas viviendo en mi casa, pero ese sofá-cama será una solución a futuro.

Ya después de ese sofá-cama, las compras que hice a meses sin intereses fueron más por gusto que por otra cosa. Estoy hablando de un reproductor blu-ray, una smart tv, una licuadora, y variedad de cosas adicionales. Así que mi deuda se incrementó, pero a pesar de todo, todos los meses estoy pagando más de lo que debería; y aunque hasta el siguiente año terminan las mensualidades de algunas compras, pronostico liquidar mi deuda en menos de un mes. Nuevamente pienso hacer lo mismo que con la Azul de BBVA: cancelarla.

No quiero tener más tentaciones, y para emergencias, prefiero seguir ahorrando y deberme a mí mismo que deberle a alguien más. Claramente podría conservarla porque no tiene anualidad y solamente te cobran gastos de mantenimiento si no cubres un gasto mínimo mensual de 200 MXN, pero a veces por situaciones fuera de mi control, esas deudas que voy adquiriendo podrían ser un verdadero dolor de cabeza a causa de algún imprevisto que me impida pagar a tiempo, y que eso me lleve a que tenga deudas impagables y me vuelva un moroso, cosa a la que le huyo.

INVERSIONES

El dinero va perdiendo su valor con el tiempo, así que mi paranoia no me permitía dejarlo en apartados BBVA, así que he estado buscando opciones. Todas las de BBVA las terminé descartando porque los rendimientos son muy bajos, lo mismo en Santander. Y tampoco quería apostar a inversiones de mayor riesgo. Después de un tiempo de renuencia y gracias a las recomendaciones en un grupo, decidí retomar mi cuenta en CETES que había abierto meses antes y empecé a enviar mi dinero ahí. Por desgracia por los eventos del último año tengo una cantidad muy baja ahí, pero espero pronto, cuando se regularice mi economía, empezar a transferirle más.

NU, UNA SOLICITUD INESPERADA

Cuando todavía no tenía tarjetas de crédito, ya había solicitado una Nu, pero me la rechazaron por falta de historial crediticio según entendí. Pero hace unos pocos meses mi hermana solicitó una porque necesitaba comprar unas cosas a crédito y como llegó a mi casa, pude apreciar la fantástica forma en que llegan esas tarjetas. El diseño se veía genial y no pude resistirme a solicitar una. Para aumentar las posibilidades le pedí a mi hermana una invitación y voilá, en unos cuantos días ya estaba en mi poder. Pero cuando me llegó me quedé así:


Como estaba tan acostumbrado a los otros bancos y todo lo manejaba desde ahí, y además de que sólo me otorgaron 2000 MXN de límite, no sabía cómo sacarle buen jugo a las tarjetas Nu. También estaba abrumado por la deuda acumulada con Santander que estaba tan impaciente en ya querer liquidarla.

Hasta que un día, para reducir mis nervios, armé un plan de pagos semanales para la LikeU y ahí me cayó el veinte de que además de CETES, podía poner a trabajar mi dinero en la famosa cajita de Nu, que da un rendimiento anual aproximado del 9 %, y que puedes disponer de él en cualquier momento... si la aplicación no está fallando, claro. Gracias a que se me prendió el foco, ahora uso la tarjeta de crédito Nu para compras en establecimientos físicos, y la digital para compras en línea. Ya uso mucho menos la LikeU, y las pocas compras que hago con esa tarjeta es sólo para cubrir el monto mínimo mensual esperado para evitar gastos de mantenimiento.

Todavía sigo con el mismo límite de crédito en Nu desde que me la entregaron, pero estoy esperanzado de un aumento para tener al menos hasta 3000 MXN o 4000 MXN porque en Amazon si compras varias cosas vendidas y enviadas por Amazon, es muy posible que puedas pagar a 6 meses sin intereses, y tal vez con suerte a más meses. Pero eso suele aplicar cuando tu carrito supera los dos mil pesos, y es justamente el límite que tengo, y por supuesto no voy a intentar atinarle a que sea esa cantidad. Y tampoco quiero sobregirar la tarjeta o ponerle saldo a favor porque no quiero caer en malas prácticas.

A la fecha estoy muy feliz con Nu, tampoco pienso que es un reemplazo de BBVA, sino que entre ambas opciones puedo vivir tranquilamente, y en un tiempo sólo tener mi cuenta Santander para recibir mi nómina.

RESUMEN
  • He tenido cuentas en BBVA, Santander, Nu y BanBajío. De este último ya dije lo que tenía que decir.
  • BBVA es el banco que más me ha acompañado y actualmente uso mi cuenta para retirar dinero del cajero, realizar transferencias y recargas telefónicas.
    • Antes era el banco donde hacía incluso pagos con tarjeta y todo, pero le pasé algunas responsabilidades a los otros bancos.
  • Santander es un banco en el que he estado por mera obligación.
    • Por un intento de estafa se desencadenó que tuviera la LikeU, le he sacado provecho, pero pienso cancelarla para evitar tentanciones a futuro porque me conozco y no la usaría moderadamente.
    • Sólo pienso dejarla para seguir recibiendo mi nómina.
  • Nu, mi nuevo acompañante junto con BBVA. La uso para compras en línea y pagos con tarjeta. También para guardar dinero que podría necesitar disponer de él en cualquier momento y de paso tener rendimientos.
    • No lo considero mi reemplazo para BBVA, ambos podrían acompañarme en mi vida financiera... y Santander en lo poco que lo requeriré próximamente.
¿Recomiendo algún banco?, honestamente no daré ninguna recomendación porque es complicado dar una respuesta acertada que pueda aplicar a todos. Considero que es importante que cada uno evalúe y experimente las opciones que tiene a la mano y decida por su cuenta en dónde quedarse.

Si leíste toda la entrada, muchas gracias. 💙💜

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